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Fachada de la Casa Lis; en el círculo, la antigua bañera parisina en uno de los baños de la casa (créditos: Gombau) Álex López
Salamanca no contada

Lo nunca visto y sabido de la casa modernista de Salamanca que contó con la primera bañera en la ciudad

Más allá del arte y el modernismo, la Casa Lis es una joya cultural de la ciudad que esconde curiosidades históricas, leyendas urbanas y detalles que pocos conocen

Jueves, 22 de mayo 2025, 12:58

Como la flor de lis, símbolo de luz y pureza, la Casa Lis de Salamanca ha atravesado distintas etapas a lo largo del tiempo. Sin embargo, es como mucho más que un museo: es un reflejo vivo del arte, la historia y la esencia modernista que la habita.

Joya modernista

La Casa Lis, patrimonio cultural de la ciudad, es un palacete modernista construido sobre la muralla de Salamanca a principios del siglo XX por encargo de Miguel de Lis. Diseñado por Joaquín de Vargas y Aguirre, combina arquitectura industrial con elementos Art Nouveau, destacando su fachada de hierro y vidrio, y sus terrazas ajardinadas. Su acceso por la calle Gibraltar es uno de los pocos ejemplos de modernismo en la ciudad.

Finalizada en 1905 y habitada inicialmente por la familia Lis, la casa cambió varias veces de propietario hasta caer en abandono en los años 70. En 1981 fue expropiada por el Ayuntamiento de Salamanca y, tras su restauración, reabrió en 1995 como el Museo Art Nouveau y Art Déco. Hoy, la Casa Lis alberga una valiosa colección donada por el anticuario Manuel Ramos Andrade y se ha convertido en un emblema del patrimonio artístico de la ciudad.

El secreto de la gruta

En la fachada sur de la Casa Lis, orientada hacia el Paseo del Rector Esperabé, se encuentra una gruta recubierta de rocalla que formaba parte del diseño original. Durante las labores de rehabilitación del edificio, esta estructura fue hallada prácticamente intacta, conservando aún los ganchos de hierro de los que colgaban elementos decorativos y una antigua alcantarilla por la que se filtraba el agua procedente de la parte superior.

Aunque no existen documentos que lo confirmen, se sostiene una interesante teoría sobre el origen de la gruta: la esposa de Miguel de Lis, una devota terrateniente salmantina, solía peregrinar cada año a Lourdes. Inspirado por estos viajes, Miguel de Lis habría mandado construir una réplica de la famosa gruta francesa, donde posiblemente se colocó una imagen de la Virgen. Durante la restauración, en lugar de recuperar la figura original, se optó por colocar en su interior una escultura de la Venus de Milo, como guiño estético al arte clásico.

Fachada sur y cristalera

En la fachada sur del edificio se observa una gran verja que actuaba como puerta de acceso. Sin embargo, esta no era la entrada principal utilizada por la familia. Debido al uso de carruajes y a la falta de espacio en esta zona, el acceso habitual se realizaba a través de las cocheras, que estaban situadas donde hoy en día se encuentra la tienda del Museo.

Fachada actual de la Casa Lis

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Fachada de la Casa Lis sin la cristalera modernista

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Gombau-Álex López

En los inicios, la Casa no contaba con las actuales cristaleras de estilo modernista. En el segundo piso se encontraban los dormitorios de invierno, que disponían de amplios ventanales con cortinas. Por su parte, en el primer piso —donde hoy se ubica la cafetería— había un invernadero. Allí se trasladaban las plantas tropicales del patio central durante los meses fríos, aprovechando el calor de la luz solar que entraba por las ventanas para protegerlas del frío.

Actual cafetería

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Antiguo invernadero

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Gombau-Álex López

Salón de baile

La actual sala de exposición de muñecas era el antiguo salón de baile. El techo de esta sala es el original. Durante la reconstrucción, se pensó que era un artesanado de madera pero, sin embargo, es de escayola y se aprecia el color gris que mantiene como consecuencia de que, durante los años que estuvo abandonada, entraban por la noche y quemaban las puertas.

Salón principal

En la parte central de la planta superior se encuentra el que fue el salón principal de la casa. En este espacio, aún se conservan en este espacio las columnas originales, a pesar de que se intentaron sustraer durante el periodo en que la vivienda estuvo abandonada. También se preservan el suelo original y un retrato de Miguel de Lis, que originalmente decoraba uno de los dormitorios. En el centro del salón, junto al gran ventanal, había una mesa en la que, tal y como se aprecia en las imágenes, Miguel de Lis y su esposa compartían momentos de lectura, habitualemente El Adelanto, y tomaban el té.

El salón principal en la actualidad

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Miguel de Lis y su esposa en el salón principal

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Gombau-Álex López

Patio central

El patio central, visible nada más entrar al museo, sorprende a los miles de visitantes que lo recorren cada año. Originalmente, este espacio albergaba plantas tropicales, una fuente y una escultura que simbolizaba la prosperidad de la familia. En aquel entonces, el patio era completamente abierto, sin la cúpula que hoy lo cubre.

El patio central actualmente

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El patio central antiguamente

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Gombau-Álex López

Tras la reconstrucción del edificio, se incorporó una espectacular vidriera de estilo modernista, realizada con fragmentos de vidrio de diversos colores, texturas y acabados, unidos mediante finos filamentos de plomo que se dilatan o contraen según la temperatura ambiente. Esta cúpula no solo embellece el espacio, sino que también alberga elementos simbólicos del siglo XX.

Entre los detalles más destacados de la vidriera se encuentran tres piezas originales de vidrio Tiffany, donadas por Andrade; una pequeña rana oculta en una esquina, símbolo de Salamanca; la representación del cometa Halley; y la flor de Lis, emblema de la Casa. Otros elementos simbólicos vinculados al Museo son la figura de una libélula y el característico muñeco Kewpie.

Cúpula del patio central Álex López
La rana de Salamanca Álex López
Piezas originales de vidrio Tiffany Álex López
La flor de lis Álex López
El cometa Halley Álex López

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La primera en tener luz y bañera

La Casa Lis fue una de las primeras viviendas de Salamanca en contar con luz eléctrica, gracias a su cercanía con la antigua fábrica de electricidad —ubicada justo enfrente, donde hoy se encuentra el Museo de la Automoción—, que la abastecía directamente.

Probablemente, la misma pared y estancia en la actualidad

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Antigua bañera en una de las salas

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Gombau-Álex López

En la segunda planta de la casa, donde se distribuían los dormitorios, el salón de baile y el salón principal, hay una estancia que, por sus características, probablemente funcionó como uno de los baños. En este espacio pudo haberse instalado la primera bañera que llegó a Salamanca, traída expresamente desde París.

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