Secciones
Servicios
Destacamos
Los termómetros empezaron a dispararse a final de mayo y, como en los últimos veranos, debido al cambio climático, se esperan muchos más días de altas o altísimas temperaturas y un aumento de olas de calor. Es la razón por la que, desde el pasado 15 de mayo y hasta el 30 de septiembre, el Ministerio de Sanidad tendrá en marcha el plan especial frente a las altas temperaturas, que incluye la activación, en coordinación con las autonomías, de múltiples protocolos y actuaciones para tratar de minimizar las decenas de miles de hospitalizaciones y las miles de muertes (un mínimo de 2.000 en 2024) causadas en España por el calor excesivo y extremo, especialmente entre los mayores de 75 años.
El elemento central del plan es el sistema de alertas sanitarias Meteosalud, que avisa por anticipado, tanto a ciudadanos como a instituciones, del nivel de riesgo concreto por calor que vivirán cada día en cada comarca española, para que los vecinos adopten precauciones individuales y los responsables públicos desplieguen las actuaciones precisas para proteger la salud general según el grado de alerta. Las autoridades deben difundir a diario estos niveles de alerta, pero la web del ministerio cuenta también con un buscador actualizado y con su sistema de suscripción que permite recibir la alerta a diario en el correo o en el móvil.
Es un sistema que da información a la carta para cada una de las 182 zonas en que ha dividido el territorio, muchas formadas por municipios de distintas provincias. Cada zona tiene su propio nivel de alerta en función de los umbrales de temperatura fijados para esa demarcación concreta por el Instituto de Salud Carlos III, que son los grados a partir de los cuales sus habitantes comienzan a sufrir un aumento de hospitalizaciones o de muertes. Así se logra avisar del riesgo a las personas precisas y en el lugar preciso.
La red tiene cuatro niveles de riesgo, según el peligro creciente para la salud del aumento de temperaturas, identificados por un código colores. El nivel cero (sin riesgo), el amarillo, el naranja y el rojo (máximo peligro). Pero, aunque el exceso de temperatura nos afecta negativamente a todos, existen factores de riesgo, sobre todo vinculados a la edad, la pobreza o las enfermedades, que hacen que cada persona deba interpretar individualmente qué medidas y precauciones concretas debe adoptar ante el color de la alerta del día en su zona.
Para ayudar a ciudadanos, profesionales sanitarios y de protección civil a utilizar de forma correcta cada una de las alertas térmicas, Sanidad ha publicado este año un guía que las interpreta. El primer elemento imprescindible para traducir a quién y cómo afecta cada color es saber si se pertenece a grupos de riesgo por características personales, ambientales, laborales o sociales.
Corren especiales riesgos personales por el calor los lactantes y menores de 4 años, los mayores de 65 años, las mujeres embarazadas y las personas con enfermedades cardiovasculares, respiratorias o crónicas, pero también quien tiene tratamientos médicos, trastornos mentales y de memoria, dificultades de comprensión o de orientación, o poca autonomía en la vida cotidiana.
De igual forma, son personas en riesgo térmico las que viven solas, los sinhogar, los turistas, quienes sufren pobreza o muchas carencias (con viviendas mal aclimatadas a la temperatura) y quienes tienen exposición excesiva al calor por razones laborales o deportivas (especialmente entre las dos y las siete de la tarde).
A la vista de los anteriores factores, Sanidad indica que el nivel amarillo solo lo deben interpretar como un peligro (y leve) los mayores de 65 años que con factores de riesgo distintos de la edad. El nivel naranja, el intermedio, supone un peligro leve para la población general y un riesgo moderado para los mayores de 65 años (alto si tienen más complicaciones que la edad) y para los ciudadanos jóvenes pero con varios elementos de riesgo personales, laborales o sociales.
El nivel rojo debe encender las alarmas de todos los habitantes de la zona en que se anuncie ese día. Supone un riesgo moderado para cualquiera, un peligro elevado para mayores de 65 años y menores con factores de riesgo y un peligro extremo para mayores de 65 años con elementos de riesgo adicionales.
Hay lo que se podría considerar un quinto nivel de alerta. Es cuando se suceden los días rojos, normalmente por olas de calor. La traducción es un aviso de riesgo extremo para toda la población, especialmente para las personas con mayor vulnerabilidad.
Reducir la actividad física en la calle y los deportes al aire libre en las horas centrales del día
Beber agua con frecuencia, aunque no se tenga sed
Evitar al máximo bebidas alcohólicas, refrescos azucarados y la cafeína, porque deshidrata
Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados y refrescarse cada vez que se necesite.
Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar
Hacer comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos)
Prestar especial atención a bebés, embarazadas, enfermos crónicos y personas mayores
Consultar a un médico ante la menor sospecha de síntomas relacionados con el calor que se prolonguen más de una hora
Nunca dejar a ninguna persona en el interior de un vehículo estacionado y cerrado
Mantener los medicamentos siempre en lugar fresco, pues el calor puede alterar su composición y sus efectos
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.